El Villarreal confirmó en Getafe su presencia en las semifinales de Copa, territorio que pisará por primera vez en toda su historia. No contento con eso, jugará contra el Barcelona para no ponerse límites. El reto lo aceptó desde el Coliseum.
Para escribir una página nueva en su libro de heroicidades el Villarreal tuvo que pasar por Getafe. Llegó con ventaja y también acabó ganando un partido sin demasiada historia. El Geta, obligado a hacer al menos un gol, midió mucho sus esfuerzos. Lo comenzó haciendo Quique colocando a cuatro jugadores del filial en el once (Álex Felip, Astray, Ivi y Emi). Los que jugaron hicieron lo propio. La prioridad era otra y el cuadro azulón se fue a por Asenjo con el freno de mano echado. Cuando ya quiso ir a por el partido, a cuarto de hora del final, subió el gol de Gerard Moreno que liquidó la noche y la eliminatoria.
Si Quique tiró de la cantera, Marcelino puso a Campbell de inicio. Al costarrincense le sirvió para ir conociendo a sus compañeros, que nunca perdieron de vista el resultado de la ida. El Villarreal fue conservador. Dejó el riesgo para el Getafe, que tampoco estaba para volverse loco. El frío se instaló dentro del campo y pasó más bien poco hasta que se abrió el marcador, y eso que fue tarde.
La primera mitad dejó una ocasión de Uche delante de Jona que el nigeriano desperdició chutando alto. Tras el descanso, el larguero escupió un centro de Hinestroza que fue con cianuro.
El Getafe no quiso arriesgar hasta el final. Quedar eliminado tampoco era un disgusto, pero no tuvo tiempo de creerse que podía estar en semifinales. Cuando se lo pensó, Gerard recogió un balón dentro del área y definió a puerta vacía después de driblar a Jona. El delantero escribió el punto y final a la eliminatoria, punto y seguido para su equipo en la Copa del Rey. Ahora le espera el Barça. Nunca dijeron que hacer historia iba a ser fácil.
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